Importaciones en octubre: menos dólares por blanqueo y estabilidad cambiaria

La reaparición del crédito y la liquidación parcial del 125% de las operaciones devengadas marcaron el mes. Analistas anticipan una mayor apreciación del peso y alertan sobre el impacto en la balanza de servicios.

A pesar de las expectativas de un incremento en la presión sobre el precio del dólar debido a los pagos de importaciones en octubre, lo cierto es que no se produjo la volatilidad anticipada. Se pensaba que en el décimo mes del año se liquidaría el equivalente al 125% de las importaciones devengadas, pero finalmente se abonó solo el 84%.

Así lo revelaron datos presentados por la sociedad de bolsa Cohen Argentina a inversores privados este miércoles. Este alivio en la presión sobre los dólares oficiales se debe, en gran medida, a la llegada de dólares provenientes del blanqueo de capitales, lo que permitió un incremento de los préstamos a empresas.

Este fenómeno explica, en parte, el superávit de dólares que está experimentando Argentina desde el punto de vista comercial, cuando en la primera mitad del año se preveía que, en el segundo semestre, se frenaría la compra de divisas por parte del Banco Central.

Milagros Gismondi, economista de Cohen Argentina, explicó que “cuando en octubre pensábamos que los pagos de importaciones iban a saltar al 125% debido al cronograma, que incluía las importaciones devengadas más lo que quedaban de cuotas anteriores, el ratio de pagos bajó al 84%, es decir, que volvió el crédito a importadores”.

El gobierno, desde febrero, implementó un cronograma de pagos para importadores que comenzó con cuatro pagos mensuales, reducidos a dos pagos del 50% en septiembre y luego a un pago único a los 30 días. Esto generó un solapamiento entre los pagos de los esquemas de 4 y 2 cuotas, alcanzando su punto más crítico el mes pasado. Sin embargo, en lugar de adquirir dólares en el mercado oficial, las empresas acudieron a los bancos para obtener créditos, lo que permitió la acumulación de unos u$s14.000 millones provenientes del blanqueo.

A esto se sumó una recesión que provocó una caída en las importaciones y un incremento inesperado del superávit energético, que alcanzó los u$s5.000 millones debido a la reducción de las importaciones de energía desde Bolivia. Como resultado, Argentina acumuló un superávit de alrededor de u$s22.000 millones este año.

Gismondi destacó que el sector agroexportador aportó unos u$s10.000 millones, aunque también señaló que una gran parte de los dólares generados por Vaca Muerta se están destinando a gastos en turismo, lo que afecta el balance de servicios.

“Lo que ocurre es que la apreciación cambiaria genera una mayor presión en el balance de servicios, sobre todo por el turismo”, explicó. En condiciones normales, Argentina suele tener un saldo negativo de u$s10.000 millones en turismo. En octubre, de los u$s900 millones de superávit, u$s600 millones provinieron de energía, mientras que las salidas por turismo fueron de u$s500 millones.

Gismondi concluyó que, aunque nuevos sectores están contribuyendo al superávit, también surgen nuevos gastos, especialmente debido a la apreciación del tipo de cambio. La economista anticipó que es probable que el tipo de cambio siga apreciándose en el próximo año.

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